La vida pasa y ocurren cosas… hay obligaciones,
¿Conocéis a algún bloguer@ que suba posts en tiempo? Sinceramente,
ninguno. A todos nos suena eso de “después de un tiempo sin publicar, quiero
retomar este blog…” Y Es que la inspiración viene cuando le da la gana. Lo
mismo nos tiramos una racha en modo “apalizando al personal” con nuestra
inventiva, que nos la pasamos en dique seco preguntándonos qué hemos hecho para
merecerlo. En fin, nada nuevo.
¡¿Parón poético?! No
tío, lo mío es un derrape con vuelco, la boca llena grava y mis musas vestidas
de etiqueta, enterradas en barro hasta las rodillas. Claro que sí. Como el
Coyote cuando palpaba el aire bajo sus pies sabiendo lo que le esperaba.
Como
el dandi con lamparones de Sabina. Como un imbécil vestido de Don Juan, deshojando
margaritas sobre la cofa de un barco que se hunde sin remedio. Con lo bien que
me quedarían unas buenas calzas pegaditas…
Pues sí, sequía, inopia, procrastinación.
Pero no me he
rendido, he pataleado, llorado, he preguntado a los más sabios del lugar sin encontrar
remedio a este mal. Pero cuando llevaba seis días haciendo la postura de la
grulla en un poste kilométrico de la N340 vi la luz.
Fue David Carradine, quien se me presentó frente ante mí vestido
de jedi, con unas alpargatas de esparto gastadísimas. Y me dijo: “pequeño padawan,
usa el poder de tu enemigo en tu favor.”
¿Me estás pidiendo que escupa en la cara de la mismísima
inspiración? porque es más o menos lo que ella me hace a mí.
“No criatura, escribe sobre ella.”
Ah vale…
Y aquí estoy, contando mis peripecias. Después de esto,
espero ser el Chuck Norris de la poesía ¡Qué digo Chuck! ¡El Bruce Lee de la
lírica!
Tras esta experiencia tan enriquecedora, a la altura de los
grandes iluminados, sólo espero que ésta pueda servir a los posibles lectores
del blog para salir del famoso bloqueo del escritor, por un mayor bien para la escritura.
O no…
Eusebio Oria