Dicen que cuando el destino te tiene algo preparado, el universo conjura para que ocurra. O algo así, espero que el autor de la cita no se enfade.
El caso es que, un día, decidí retomar los estudios. Y hete aquí, que uno de los trabajos a realizar era un comentario sobre el libro "Marinero en tierra" de Rafael Alberti. Lo había leído muchas veces, sin embargo, esa fue diferente; antes de acabarlo ya había escrito el primer poema ¡Mi primer poema! Eso no entraba en mis planes, de hecho si tan sólo un mes antes me hubieran preguntado, habría dicho "¿poesía? ¡ni loco!
Pero, oye, en esas andamos y desde entonces ha sido un no parar. Y este es el poema, el mismo que da nombre a este blog:
Náufrago en un mar
de letras
¡Ya vuelvo!
¡Ya vuelvo a las letras!
Tanto tiempo he sido náufrago
que olvidé navegar.
Malos vientos empujaron
a este marino de aguas chicas,
malos vientos me llevaron
a mi pequeña isla.
Ya vuelvo.
Nubarrones gregarios
sobre un mar de borregos,
espoleaban corrientes raudas
en llegar a ningún sitio.
Tentación sin fin ni beneficio.
Ya vuelvo
Pero deseé huir,
deseé volver;
echarme a la mar,
y volver a nadar.
Y entre brazada y brazada
surgieron versos,
pequeños versos puros y tímidos
que atravesaban la inmensidad.
¡Y recordé los rudimentos!
Recordé, que no hay más empuje
que el del propio esfuerzo,
ni más viento que el del corazón.
Que en saber elegir los vientos
está la clave de la navegación.
Así pues.
¡Oídme bien!
¡Oídme! pues ya vuelvo.
¡Ya vuelvo remando versos!
Eusebio Oria Domínguez
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